La figura olvidada interesadamente por la historiografía oficial es María Remedios del Valle. Sufrió tres
humillaciones: ser mujer, ser negra y ser pobre. Desde muy lejos en la historia vienen los reclamos de mujeres rebeldes frente a la prepotencia de los varones, olvidadas la mayor parte de ellas en su solitaria protesta, sin lograr la adhesión de las multitudes como ocurre ahora. Descender de los pueblos africanos también fue un estigma y un motivo de burla o de denigración durante mucho tiempo. Pero desde 1945, cuando aparecieron entre los descamisados haciendo historia, esas muchachas de ojos y cabellos renegridos, ya empezaron a ser dirigentes sindicales y hasta legisladoras. Al mismo tiempo, las transformaciones producidas en nuestra historia no lograron impedir que la riqueza –de los blancos y rubios especialmente– marcase aún profundas diferencias entre los integrantes de la sociedad argentina, aunque
se fue abriendo camino la convicción de que esas multitudes –“de nadie y sin nada”, como diría Scalabrini Ortiz– son, junto a los hombres trabajadores, el bastión de la soberanía en las luchas sociales y nacionales. Un libro imperdible que recorre la historia de esta mujer que dio su vida por la Patria.

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