EL CONDUCTOR DEBE SER MAESTRO

Conducir, en política, es difícil, porque a la vez de ser conductor hay que ser maestro; — hay que enseñarle a la masa; — hay que educarla; — hay que enseñar a los intermediarios de la conducción, porque la conducción no se puede realizar con un hombre o una mujer y una masa, porque si esa masa no está encuadrada, se disocia. La masa debe estar encuadrada por hombres y mujeres — que tengan la misma doctrina del conductor, — que hablen en su mismo idioma, — que sientan como él. Eso es lo que nosotros queremos desarrollar y la tarea principal de la conducción… Sin eso no se puede conducir. Es como si yo, general, quisiera ir a la guerra contra un país y le dijera al pueblo argentino: “¡Venga un millón de hombres y mujeres; vamos a pelear!” ¿Adónde los voy a llevar? Tengo que tomar al millón de hombres y mujeres, — enseñarles a pelear, — desarrollar su instrucción, su intuición de lucha, su espíritu de lucha. — darle la causa por la cual luchamos y, entonces sí, — nombrar sus oficiales y suboficiales para que los encuadren. Después me pongo al frente y, entonces… ¡pan comido! (Perón, Conducción Política).

5- La unidad de todos los argentinos. El sindicalismo de Perón y Evita

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EL CONDUCTOR DEBE SER MAESTRO

Conducir, en política, es difícil, porque a la vez de ser conductor hay que ser maestro; — hay que enseñarle a la masa; — hay que educarla; — hay que enseñar a los intermediarios de la conducción, porque la conducción no se puede realizar con un hombre o una mujer y una masa, porque si esa masa no está encuadrada, se disocia. La masa debe estar encuadrada por hombres y mujeres — que tengan la misma doctrina del conductor, — que hablen en su mismo idioma, — que sientan como él. Eso es lo que nosotros queremos desarrollar y la tarea principal de la conducción… Sin eso no se puede conducir. Es como si yo, general, quisiera ir a la guerra contra un país y le dijera al pueblo argentino: “¡Venga un millón de hombres y mujeres; vamos a pelear!” ¿Adónde los voy a llevar? Tengo que tomar al millón de hombres y mujeres, — enseñarles a pelear, — desarrollar su instrucción, su intuición de lucha, su espíritu de lucha. — darle la causa por la cual luchamos y, entonces sí, — nombrar sus oficiales y suboficiales para que los encuadren. Después me pongo al frente y, entonces… ¡pan comido! (Perón, Conducción Política).